"Conocí a Antonio en una iglesia en la provincia de Santa Fe, desde ese día supe que estaba delante de un tremendo evangelista y que el Señor lo usaría mucho"

Antonio Kerikian es alguien que se animó a responder de manera completa a su llamado, a ese propósito único que Dios preparó para Él, pasados los 50. Al precio de poner en riesgo su comodidad, su tranquilidad material. La historia de Antonio tiene poder profético que te sacará del letargo, de la resignación, de las maldiciones de aquellos que te dicen que no para ti, de los temores a enfrentar los desafíos, de la amargura del dolor vivido.

“A lo largo de estos años aprendí a conocerlo como hombre de Dios, y advertí enseguida que estaba frente a un gran siervo. ”

"Considero a Antonio un amigo. Desde el primer encuentro sentí que nos unía una amistad de años, aunque recién nos conocíamos. Esa conexión nació de nuestra pasión compartida por Jesús y por anunciar su amor a los perdidos (Lucas 19:10)".